jueves, 9 de octubre de 2008

Reflexiones de Simonpetrus

“Que el Dios de la esperanza los llene de toda alegría y paz a ustedes que creen en él, para que rebosen esperanzas por el poder del Espíritu Santo”. (Rom. 15:13)

Cuantas veces hemos perdido toda esperanza y andamos por el mundo como judío errante…muchas, ¿cierto? Y caemos en unos abismos emocionales casi catastróficos, como nos ilustra el poema que viene en los siguientes renglones.

“Présteme su esperanza por un rato,
No se donde puse la mía Sentimientos perdidos y desesperados Me hacen compañía.
No sé adonde volverme; que futuro mirar, No me traen imágenes de renovado esperar.
Veo tiempos turbados, días llenos de dolor y más tragedia.

Présteme su esperanza por un rato, no sé dónde puse la mía.
Tome mi mano y abráceme; oiga todo mi divagar,
me parece Tan lejano que me vaya a recuperar.
Larga y solitaria veo la senda al sanar.

Présteme su esperanza un rato, no se donde puse la mía.
Quédese conmigo, ofrézcame su presencia Su corazón y su amor.
Reconozca mi muy real y siempre presente dolor.
Me abruman pensamientos tristes y contradictorios.

Présteme su esperanza un rato;
Llegará el momento que yo sane, y compartiré
Mi renovación, mi esperanza y amor con otros.” (Autor anónimo) *

Hace algún tiempo estuve hablando con un viejo y querido amigo; había tenido mucha fortuna económica en el pasado y ahora atravesaba por momentos muy difíciles pues había perdido todos sus bienes, además del abandono de toda su familia y “amigos”.

¿Cuál fue la razón para que le sucediera esto? -Según sus palabras nadie lo había apoyado y los malos negocios lo habían quebrado-

Todos me fallaron, son unos desagradecidos decía casi llorando.

Pero la realidad era bien diferente, el hombre cuando tenia dinero se dedicó a derrocharlo a manos llenas, y su relación familiar nunca fue la más ejemplar, un día se cansaron de su patanería…y adiós le dijeron.

Sus queridos “amigos” lógicamente cuando lo vieron en la ruina le voltearon la espalda, quedando en la más absoluta soledad y miseria…y lo peor nunca reconocía sus errores pasados, todo el mundo era culpable menos él.

Lo que le paso a este amigo, es lo mismo que nos sucede cuando tenemos problemas... no me quieren, no me entienden, no me comprenden, todos me odian y cosas así por el estilo, siempre tenemos la disculpa perfecta para señalar culpables reales o imaginarios; pero la pregunta es: ¿cuando asumiremos nuestra propia responsabilidad?

En ocasiones hasta al mismo Dios lo culpamos de nuestras flaquezas; cuando la realidad es la amargura que llevamos dentro de nuestro corazón, esa es la raíz del cáncer que nos corroe el alma, nos llena de odio y nos quita la paz.

Para salir de la oscuridad espiritual, es necesario cortar con el lastre emocional que nos ata al pasado y nos hace sentir miserables.

Hay que tener en cuenta que cuando damos nuestro perdón obtenemos, bendición, sanación y liberación. ( Is. 43:18)

Así que ya lo sabemos; seguimos sufriendo con él viejo hombre –pecado- o nos revestimos con la armadura de Dios, y buscamos su camino. ( Ef. 6:13-15)

“Hoy les doy a elegir entre la bendición y la maldición: bendición si obedecen los mandamientos que yo, el Señor su Dios, hoy les mando obedecer; maldición, si desobedecen los mandamientos del señor su Dios y si se apartan del camino que hoy les mando seguir, y se van tras dioses extraños que jamás han conocido.” (Dt.11:26-28)

“Por mi parte mi familia y yo serviremos al Señor” (Jos. 24:15)

Amado Señor: Hoy te pedimos perdón por nuestros errores del pasado, y te suplicamos nos mires con misericordia, porque ni siquiera merecemos tu justicia.
*Adaptado del libro Diariamente en Cristo ( Doctor: Neil Andreson) Ed. Unilit.
Las citas bíblicas son tomadas de la biblia N.V.I.

Bogotá, D.C. Octubre 11 del 2008