domingo, 21 de diciembre de 2008

EL MILAGRO

Escrito por: Raúl Bernal Samudio.

Presuroso casi corriendo se desplaza Emilio por los pasillos del aeropuerto de la Ciudad de Cali, es veinticuatro de diciembre, -la alegría por las festividades navideñas es evidente en todos los rincones del terminal aéreo, se respira un aire lleno de ilusiones y esperanza...es navidad - regresa al hogar para reunirse con su familia y festejar la natividad; ingresa rápidamente al despacho de la aerolínea, lo recibe el empleado con una gran sonrisa… -- --bienvenido señor…
Entrega sus maletas y el pasaje para su revisión, coloca su maletín de trabajo sobre el mostrador mientras el encargado hace él chequeo respectivo; Emilio piensa en todas las cosas que le esperan a su llegada; lo primero comprar los regalos para sus hijas, familiares, amigos cercanos, y lo más urgente… él reporte que debe presentar a la empresa sobre sus actividades como ejecutivo de cuentas.
El empleado de la aerolínea le devuelve el tiquete con su pasa bordo y él número de silla que le corresponde en él avión; deberá esperar dos horas, el vuelo saldrá a las once a.m.
Emilio se va de tour por las instalaciones del aeropuerto; mira las vitrinas de los almacenes y disfruta de la belleza del lugar, por todas partes hay arreglos navideños y se escuchan villancicos, niños jugando y se siente el ambiente navideño. Se pone algo nostálgico por la ausencia del hogar…pues es tiempo de estar en familia.
Entra a una cafetería; ordena un café y busca una mesa en un rincón tranquilo lejos del ruido pensando en ordenar un poco su reporte de actividades y la gran cantidad de facturas y ordenes de pedidos que tiene pendiente por legalizar, algunos cheques y dinero en efectivo que no alcanzó a consignar en los bancos locales.
Al saborear el delicioso café saca su estilógrafo del bolsillo de su camisa y trata de encontrar su maletín ejecutivo pero… se da cuenta que no lo tiene, que hace rato no lo carga y lo peor no se acuerda donde lo dejó…el susto es terrible, empieza a correrle un sudor frío por todo el cuerpo; busca desesperadamente el dichoso maletín, en él está toda la documentación de la empresa –facturas, cheques girados por los clientes, efectivo, chequera y todas sus tarjetas de crédito, además de sus documentos personales-
Busca con desespero por todas partes; almacenes, restaurante, baños, salas de espera, oficinas de la aerolínea, pero nada…el maletín no aparece.
El mundo se le viene encima; como va ha decirles en la empresa que perdió todos los documentos que respaldan las operaciones comerciales que se hicieron en los últimos treinta días, y los regalos de sus hijas…
Todo se vuelve turbio, de repente se preguntaba ¿Cómo pude ser tan torpe y descuidar mi maletín, si en él está todo lo que hice en está correría? ¿Además él dinero que tenia para festejar la navidad; y lo peor no tengo ni un peso en mis bolsillos?
Realmente la pesadumbre corroía su corazón precisamente en este día; él vuelo ya estaba próximo para abordar no podía perder más tiempo. No le quedaba más remedio que ir a la estación de policía e instaurar la denuncia por la perdida de su maletín y asumir todas las consecuencias por su descuido.
Subió al segundo piso de las instalaciones aeroportuarias y pregunto por el inspector para contarle lo sucedido.
-Adelante… grito el sargento inspector ¿En qué puede ayudarlo?
El pobre hombre casi arrastrando los pies llegó hasta el escritorio del amable sargento; estaba a punto de llorar y le dijo:
-Vengo a poner la denuncia sobre la pérdida de mi maletín y todo lo que tenía en él.
-Ah ya veo dijo él inspector; siéntese por favor…
Emilio empezó su relato, hablaba despacio sollozaba; le contó al sargento todas sus desventuras… él lo escuchaba con atención y lo miraba con preocupación.
-¿Usted si busco bien? Le pregunto el sargento…
-Por todas partes, pareciera que se lo comió la tierra.
-Realmente es muy complicado el asunto, voy ha recibirle el denuncio, concluyo el sargento.
…Pasajeros del vuelo inter 348, favor abordar por la puerta 5; decían por el alto parlante del terminal, cada segundo la situación para Emilio era más dramática y estaba a punto de sufrir un colapso.
De repente entra a la oficina del inspector un agente diciendo…mi sargento: hay un caballero que dice que se encontró un maletín ¿Qué hago?
-Usted si parece bobo…como si no lo fuera; hágalo seguir…pero ¡ya!
Siguió al despacho un gentil caballero y dijo: sargento inspector; aquí le entrego éste maletín que encontré abandonado en una silla, ¡seguramente el dueño debe de estar muy angustiado por la perdida!
El inspector; abrió el maletín, comprobó lo que Emilio le había contado, estaba repleto de documentos y una enorme cantidad de dinero en efectivo, al revisarlo no faltaba absolutamente nada; dio las gracias al señor que lo entregó y le dijo: -Por personas como usted, honestas e integras es que sabemos que Dios está presente en todas partes… ¡muchas gracias!
Miro a los ojos al sorprendido Emilio y le preguntó ¿Este es su maletín?
El hombre grito…si, si… ese es mi maletín, ¡gracias, muchas gracias Dios mío!
Emilio: al recibir el maletín como que no creía lo que estaba sucediendo en ese momento, le parecía un verdadero milagro de Dios; abrazo al caballero, en ese instante lo vio como un verdadero ángel de mirada serena, apariencia impecable y trasmitía mucha paz; la luz resplandecía en su rostro.
Instantes después los tres hombres se dieron un fuerte abrazo y se desearon una ¡Feliz navidad!!!!!!!!

Bogotá, D.C. Diciembre 22 del 2.008